SALUD
Empiezo hablando de mis enfermedades pues muchas de ellas son enfermedades raras, y quiero contribuir a darlas a conocer. También abordo su vinculación con la salud mental…y con lo mucho que me está afectando el genocidio en Palestina…
A continuación, hago una serie de propuestas que, partiendo de aquello que he visto que es perjudicial para mí, buscan ayudar a reforzar la salud ajena en términos de evitar tóxicos a nivel físico (disruptores endocrinos y CEM) y a nivel emocional (estrés).
Sobre los SSC, especialmente la SQM y la EHS…
A finales de 2019 tuve una toxinfección alimentaria. Los antibióticos que me dieron me produjeron el sobrecrecimiento de una bacteria intestinal muy agresiva lo que me provocó una pérdida muy fuerte de peso. Lograron controlar la bacteria con más antibióticos, pero ahí entré en depresión. A la psicoterapia uní medicación contra la depresión, pero me desequilibró nuevamente el organismo, empezando por el tiroides, y me aparecieron dolores en todo el cuerpo, enorme cansancio, insomnios, erupciones cutáneas, etc.
Tras mucho dar palos de ciega, a finales de 2021 me diagnosticaron varios síndromes de sensibilización central (SSC), siendo los principales:
- Fibromialgia, enfermedad rara que implica fuertes dolores en varias partes del cuerpo, sobre todo extremidades y cadera.
- Encefalomielitis Miálgica (EM) o Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) o encefalomielitis miálgica (EM), enfermedad rara que implica tener unos niveles de cansancio muy elevados que no mejoran con el sueño.
- Sensibilidad Química Múltiple (SQM), enfermedad rara que implica una reacción fuerte del organismo a sustancias químicas (productos de limpieza o higiene personal, humo, etc.).
- Electrohipersensibilidad (EHS), enfermedad rara que implica una reacción fuerte del organismo a los campos electromagnéticos (CEM), también de baja (electricidad) pero sobre todo de alta frecuencia (wifis).
Me los diagnosticaron en el Hospital Clínic de Barcelona, donde están los mayores expertos de España en el abordaje de los SSC.
Son enfermedades que afectan en un porcentaje muy elevado a mujeres (en torno a un 85% de pacientes son mujeres), y que no se han investigado todavía suficientemente.
No hay unanimidad sobre qué causa estas enfermedades. Una causa es la exposición a tóxicos que actúan como disruptores endocrinos. También puede haber un origen genético (en mi caso, padecemos estos SSC tres mujeres de mi rama paterna).
Por desgracia, no existe todavía tratamiento para estas enfermedades raras por lo que es importante darlas a conocer para ayudar a que las personas que las padecemos no nos sintamos tan incomprendidas; y para fomentar que se investiguen.
Sobre lo poco que sí hay unanimidad es sobre la importancia de: (1) evitar exposiciones a químicos y a CEM; y (2) desintoxicar el cuerpo.
En relación con el primer punto sería un sueño poder contar con zonas blancas en España como hay en otros países de la UE, zonas completamente libres de CEM, donde las personas enfermas pudiéramos vivir.
En relación con el segundo punto, lo único que a mí me ayuda cuando tengo brotes de mis enfermedades es estar encamada y ayunar.
Por la SQM y la EHS nos hacen mucho daño:
- los productos de limpieza que se usan en espacios y trasportes públicos,
- los productos de higiene personal y el suavizante de ropa que usa la gente,
- los CEM derivados de antenas y de los teléfonos móviles que hay en la calle y dentro de los edificios…
Todo ello acaba limitando mucho el salir de casa, la socialización, la movilidad, los viajes…
- proteger el lugar en donde una vive contra los CEM, es decir, apantallarlo;
- usar productos de higiene del hogar y de higiene personal ecológicos y sin perfume;
- consumir únicamente alimentos sin pesticidas, es decir, orgánicos.
Vídeo elaborado por la CONFESQ (la confederación que agrupa en España a las asociaciones que se ocupan de nuestras enfermedades) sobre la SQM para intentar concienciar sobre ella.
SSC y salud mental
Los dolores, unido al aislamiento social, redundan muy negativamente en la salud mental, ya por sí deteriorada pues estas enfermedades provocan neuroinflamación.
Todo ello es un cóctel explosivo y las tasas de suicidio en las personas que padecemos estas enfermedades es seis veces superior a la media.
Subo aquí el vínculo a unas jornadas de CONFESQ sobre nuestras enfermedades y la salud mental. Precisamente la primera pregunta del turno de preguntas (en 1 hora y 27 minutos) versa sobre eso: ¿qué se puede hacer para abordar las pulsiones suicidas de las personas asociadas que padecemos esas enfermedades?
Retomando aquí mi historia personal: como no había tolerado ninguna de las medicaciones que me habían puesto ni para los dolores, ni para dormir, ni para la depresión (no toleré ninguno de los tres antidepresivos ni el estabilizador de ánimo que me habían pautado), pues me tocaba pasarlo todo a pelo (encamada y ayunando).
Aunque la gente que te quiere bien, te quiera ayudar, no pueden, no hay cómo.
A eso hay que unir que no te quedan fuerzas para explicar tus males (una no quiere caer en el “victimismo”), y te vas aislando, aislando, aislando…
Dolor, insomnio y desánimo, acumulados en el tiempo, hacen que la vida acabe convirtiéndose en un calvario. A principios de febrero de 2025, ya no podía más. Ahí le pedí, ya desesperada, al médico de cabecera que me había acompañado durante todo mi proceso desde 2021, que, por favor, me acompañara también en el proceso de eutanasia: una muerte pautada, digna y sin violencia. El médico me dijo que “no se sentía cómodo” y… se me cerró esa puerta.
Aunque en España existe una Ley Orgánica Reguladora de la Eutanasia (LORE) desde marzo de 2021, he seguido averiguando y todo apunta a que, con mis patologías, no me la iban a autorizar, pues esas patologías no encajan en los dos supuestos de la ley…
Me sigue quedando la misma puerta que he tenido desde 2021, pero que, hasta ahora, me he resistido a articular: el suicidio. Aunque hay ciertas sustancias que, ingeridas, te matan -y ya he averiguado cuáles son-, dudo que con mi SQM las tolerara al ingerirlas, con lo que las vomitaría y no harían su papel. Solo me quedarían, pues, las opciones mecánicas (tirarme desde un piso elevado, ahorcarme, o abrirme las venas), pero, por ahora, me resisto a ejercer ese nivel de violencia contra mi cuerpo. No se lo merece.
Sobre la angustia que me genera la situación en Palestina…
Palestina es una zona del mundo con la que siento una especial vinculación afectivo-emocional. Ver cómo a diario mueren personas inocentes en Palestina, ver las imágenes en directo del genocidio que está llevando a cabo el sionismo israelí tanto en Gaza como en Cisjordania, me lacera y hace que empeore de todas mis patologías.
Me dicen que deje de seguir lo que pasa ahí, pero no puedo. Dar la espalda a ese genocidio sería una traición que no me podría perdonar a mí misma…
Es pura iatrogenia social: vivimos en una sociedad enferma en la que se permite que unos pocos -los que controlan el dinero- no respeten las normas de convivencia internacional que nos hemos impuesto, lo que redunda en un mundo injusto, desigual y muy, muy violento.
Un mundo que ha creado las drogas perfectas para que escapemos de esa violencia (desde las drogas de diseño a los productos cinematográficos pasando por la medicación). Un mundo en el que las personas sensibles nos ahogamos…
Os dejo dos audios: uno de principios de marzo de 2024 llamado “Viva Palestina Libre y En Paz” y otro de finales de febrero de 2025 llamado “El Laberinto de la Vida” en el que intento explicarlo.
El tiempo dirá…
Es importante practicar el llamado “control ambiental” para evitar seguir llenando el organismo de tóxicos. Hay que liberarse de tóxicos a todos los niveles.
Evitar tóxicos a nivel físico
Tabaco, alcohol y drogas
Hay una serie de tóxicos que todas las personas sabemos que son sustancias tóxicas para el organismo y que, aun así, son consumidas con frecuencia, como el tabaco, el alcohol o las drogas. Recomiendo evitar completamente esas sustancias.
Disruptores endocrinos
Más allá de lo anterior, hay que intentar eliminar los disruptores endocrinos de nuestro entorno. Los disruptores endocrinos son sustancias químicas (la mayoría, si no todas, derivadas del petróleo) que afectan al equilibrio hormonal y tienen un efecto indeseable sobre la salud humana, como son plaguicidas, ftalatos, fenoles, dioxinas, PCB, perfluorados, etc, así como los metales pesados. Recomiendo este libro divulgativo del doctor Nicolás de Olea.
En concreto, es importante eliminar los disruptores endocrinos de los distintos ámbitos de nuestra vida, a modo de titular sería “eliminemos los plásticos de nuestra vida”.
A continuación, ofrezco algunas sugerencias de productos que a mí me han están dando buenos resultados (aunque yo no he sido plenamente consciente de todo esto hasta que ya estaba enferma):
- Para la higiene de nuestro hogar la empresa murciana SOLYECO y para nuestra higiene personal la empresa danesa Urte Kram. Las pastas de dientes es importante que sean sin flúor y es fundamental no usar suavizantes de ropa, , pues todos llevan parabenos derivados del petróleo y son muy dañinos para nuestra salud.
- Nuestra comida y bebida y sus embalajes es importante que sean ecológicos. Aunque el precio es algo más elevado, la no ingesta de tóxicos lo compensa.
- Los utensilios de cocina deben evitar el teflón y el plástico; y se debe almacenar y/o congelar comida siempre en recipientes de cristal y no de plástico.
- Los electrodomésticos debemos asegurarnos que cumplen la Directiva Europea Restriction of Hazardous Substances (ROHS) 2011/65/UE, traspuesta al ordenamiento jurídico español por RD 219/2013, ampliado por RD 993/2022. Restringe plomo, mercurio, cadmio, PBB, PBDE, etc.
- Para el mobiliario de nuestro hogar debemos intentar que los muebles sean de madera o cristal, no de melaminas.
- Los productos de bricolaje deben ser lo menos contaminantes posibles.
En España se organiza anualmente una feria, Biocultura, donde se exhiben todo tipo de productos orgánicos y ecológicos y que recomiendo visitar.
La calidad del aire que respiramos es fundamental, de ahí que sea tan importante controlar la calidad del aire en las ciudades y en nuestros hogares. Muchas de las sustancias que actúan como disruptores endocrinos se las conoce también como compuestos orgánicos volátiles (COV), como son los formaldehidos de las melaninas y, al inhalarlos, perjudican seriamente la salud y, deben ser evitadas.
Campos electromagnéticos
Un tercer ámbito a controlar, hoy en día más que nunca, son los campos electromagnéticos (CEM).
Uno de los principales investigadores sobre los CEM en España es Ceferino Maestu Unturbe, de la Universidad Politécnica de Madrid. En las jornadas que organizó la SOCSA en abril de 2022, Maestu explicó que nuestro cuerpo se ha adaptado evolutivamente a las radiaciones solares o al campo electromagnético de la Tierra, pero que nuestro cuerpo: (1) no está adaptado a los CEM actuales (electricidad y nuevas tecnologías); y (2) no cuenta con sistemas para controlar los efectos tanto térmicos como no térmicos (inducción, resonancia y reorientación) de las radiaciones no ionizantes.
Así mismo, Maestu se mostró crítico con que los gobiernos estén más preocupados por la progresión de la digitalización que por la protección de la salud; y con que la OMS siga negando la EHS, negativa sobre la que tiene un efecto importante la industria de telecomunicaciones (la tercera industria más importante del mundo).
Un caso paradigmático ha sido el del gran investigador sueco Olle Johansson, quien, tras haber logrado que la EHS fuese reconocida en ese país como causa de discapacidad, y, sobre todo, tras lanzar la predicción –sobre la base de sus estudios científicos– de que hacia 2030 el 25% de la población del planeta padecería EHS, fue obligado a abandonar el instituto donde investigaba en Suecia y se vio forzado a solicitar micromecenazgo en redes sociales para poder seguir investigando y difundiendo sus hallazgos (documento traducido al castellano).
En concreto, para limitar los efectos adversos de los CEM recomiendo como pautas individuales:
- Hacer un estudio de los CEM en el lugar de residencia y de trabajo. Para ello se venden medidores (yo tengo un “Safe & Sound Pro II” para altas frecuencias y un “ME 3830B de Gigahertz Solutions” para bajas frecuencias, que podéis ver en esta foto, y que van muy bien) o se pueden contratar los servicios de expertos.
- Apantallar el lugar de residencia. Eso implica pintar las paredes con una pintura apantallante alemana de carbono y grafito, negras como el tizón; poner vinilos o mallas apantallantes en las ventanas
- Evitar completamente los teléfonos fijos inalámbricos por su elevado nivel de emisiones.
- Evitar completamente el uso de los teléfonos móviles por señal de wifi y, en su lugar, usar los teléfonos móviles mediante su conexión por cable de ethernet a la red de internet. Para eso se deben pasar los cables apantallados por dentro de las paredes lo que permite tener una instalación de internet en toda la casa, segura para la salud.
- No teclear nunca directamente sobre un ordenador portátil sino usar siempre un teclado y un ratón externos. E instalar a todos los ordenadores un cable de conexión a tierra.
- Instalar filtros de frecuencias sucias, como mínimo uno en el cuadro eléctrico de la casa y otro en la nevera; y usar regletas para enchufes con filtros de frecuencias sucias.
- Evitar las bombillas de bajo consumo, sobre todo si se rompen hay que alejarse, pues contienen mercurio que es una neurotoxina que daña el sistema inmunológico. Sustituir por bombillas incandescentes (que eran las antiguas, las mejores para la salud, aunque eran poco eficientes pues emitían un 90% de calor y solo un 10% de luz) o bio-LED que están libres de los pulsos de las bombillas LED, pulsos que distorsionan el sistema neurológico, similar al efecto de los parpadeos de las videoconsolas y que pueden provocar epilepsia.
- Por la noche, cuando se vaya a ir a dormir, se deben bajar los bornes del cuadro eléctrico de toda la casa (con la única excepción de la nevera y del termo de agua), especialmente si por la pared de detrás del cabezal de la cama del dormitorio pasan cables eléctricos. De esa manera se facilita el reposo nocturno y el sueño profundo.
Todo esto es especialmente importante en niños y en mujeres embarazadas. Cada vez hay más estudios que correlacionan los CEM y el enorme incremento del TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad).
Evitar tóxicos a nivel emocional
El estrés es un tóxico que pone en marcha el ciclo metabólico del óxido nítrico con radicales libres que son dañinas para el sistema inmunológico. Es fundamental evitar el estrés tanto en la vida personal como en la vida profesional.
Para limitar el estrés, un aprendizaje fundamental en la vida es el de la asertividad: aprender a poner límites sanos para una. Esto es fácil de decir y muy difícil de hacer, pero es fundamental para la salud emocional de una persona. Y la salud emocional es igual de importante o más que la salud física. Asertividad implica básicamente dos cosas: (1) aprender a expresar tus opiniones, tus necesidades y tus emociones de la forma más clara, sencilla y directa posible; y (2) aprende a decir que no.
Esos límites a veces también implican poner límites físicos a las interacciones en redes sociales; o poner límites a las interacciones sociales con ciertas personas que nos chupan la energía (personas tóxicas). Hay que ser capaz de hacerlo sin sentirse mal por ello. La prioridad en todo momento debe ser el bienestar personal (obviamente sin que ello implique hacer daño a nadie).
Los temas relacionados con la parte psico-emocional los desarrollaré más en profundidad en la pestaña de espiritualidad.
Evitar tóxicos al resto de niveles
Vivimos en sociedades con elevados niveles de violencia de la que no es fácil abstraerse como seres humanos, violencia que afecta a nuestra salud.
Los temas relacionados con esto los desarrollaré más en profundidad en las pestañas de desarrollo sostenible y de relaciones internacionales.
En resumen, debemos:
- Evitar los tóxicos, incluido el estrés
- Comer y dormir bien
- Y hacer ejercicio físico (aunque en el caso de personas con SSC debe ser un ejercicio muy suave)